sábado, 16 de abril de 2016

LA CIENCIA EXPLICA POR QUÉ LOS HOMBRES (Y LOS ‘HIPSTERS’) SE DEJAN BARBA


Aunque nos cuesta mucho definir qué es un hipster –¿un pijo que va en bici y viste como un mendigo? ¿Un moderno que parece venir de los años 20?–, hay algo que todos tienen un común (si son hombres, claro): se dejan barba.


El vello facial, desterrado durante décadas del rostro masculino, ha regresado con mucha fuerza, un fenómeno que incluso ha llamado la atención de la ciencia (quizás más por oportunismo que por curiosidad). El pasado invierno un matemático trato de explicar mediante una ecuación por qué todos los hipsters visten igual, ahora un biólogo de la Universidad de Australia del Oeste, el doctor Cyril Grueter, ofrece una explicación evolucionista a la razón por la que los modernos se están dejando barba.

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Como explica en su estudio, publicado en la revista Evolution and Human Behaviour, los primates macho han desarrollado unos distintivos cada vez más ostentosos para aumentar su atractivo sexual y tener ventaja sobre otros machos a la hora de atraer a las hembras.


Gruetes y sus colegas han investigado el comportamiento y los atributos de 154 especies de primates y creen que estos distintivos son más llamativos en las especies donde el conflicto físico y social es común y el reconocimiento individual es limitado. Cuanto más activa y más multitudinaria es una sociedad, mayor esfuerzo deben hacer los machos por destacar. Los orangutanes tienen unas grandes mejillas, los monos narigudos una napia gigantesca, los langures de nariz chata una verruga en el labio superior… Y los hipsters tienen sus barbas.



Un atributo de masculinidad

Según explican los investigadores australianos, el hombre contemporáneo (y moderno) no sólo tiene que competir con cientos de semejantes en el mundo real, además tiene que superar a todos los competidores que pululan por la red. Afeitarse hace que se aparten de ti las mujeres que buscan compañeros más poderosos.


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Las barbas se vuelven a poner de moda en cuanto la competencia por las mujeres es mayor


“Cuando vives en un grupo pequeño en el que todo el mundo se conoce no hay ninguna necesidad de señalar tu calidad y competitividad a base de adornos”, explica Gruetes. “Por el contrario, en grupos grandes en los que los individuos están rodeados de extraños, necesitamos distintivos para evaluar la calidad y la fuerza de cada persona, y es ahí donde entran en juego los ornamentos”. Y no sólo hablamos de las barbas. “En el caso de los humanos, también se incluyen complementos como la decoración corporal, las joyas y los artículos de lujo”, asegura el científico.
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En opinión de los investigadores las barbas se vuelven a poner de moda en cuanto la competencia por las mujeres es mayor. Así ocurrió, por ejemplo, en Reino Unido entre 1842 y 1971, cuando había pocas mujeres casaderas y los hombres tuvieron que dejarse grandes barbas y bigotes para conquistarlas.

Según estos investigadores ser hipster no es una decisión que tenga que ver con la cultura o la moda, es tan sólo un recurso evolutivo. El problema es que, a este paso, lo distintivo va a ser afeitarse.  

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¡QUE FUE PRIMERO EL HUEVO O LA GALLINA?


Una de las primeras referencias al inmortal dilema del huevo y la gallina aparece en la obra del filósofo griego Aristóteles, quien afirmaba que lo actual es siempre anterior a lo potencial, y por lo tanto, el hombre precede siempre al esperma, o lo que es lo mismo, la gallina precede al huevo. Plutarco también se preguntó lo mismo en sus ensayos, un dilema que en su opinión nos hacía preguntarnos acerca del origen del mundo.

 
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No es para menos. Más allá de su uso más popular, esta cuestión apunta también a cuestiones metafísicas, ya que se pregunta acerca del origen de la vida. Tanto es así que, en el año 2006, The Guardian reunió a un panel formado por un científico, un filósofo y ¡un avicultor! para intentar resolver tan duradero enigma. Aunque quizá la respuesta de los tres visionarios no diga tanto acerca del origen del mundo como de nuestras creencias en los albores del siglo XXI, sobre todo teniendo en cuenta que se encuentra en línea con el veredicto de otros intelectuales que han marcado el pensamiento moderno, como Stephen Hawking.



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Al igual que el autor de Historia del tiempo: del big bang a los agujeros negros (Alianza), y a diferencia de Aristóteles, los tres pensadores llegaron a la conclusión de que el huevo tiene que haber antecedido a la gallina. ¿Por qué? El filósofo David Papineau proporciona una solución se podría decir que semiótica al problema: lo que define que un huevo sea de gallina es que contenga dentro de sí un pollo o una gallina, pero su origen puede ser cualquier otro.

“Diría que un huevo de gallina lo es si contiene una gallina”, explica. “Si un canguro pusiese un huevo del que saliese un avestruz, se trataría de un huevo de avestruz, no un huevo de canguro. Siguiendo este razonamiento, la primera gallina tuvo que salir de un huevo de gallina, incluso aunque ese huevo no saliese de una gallina”, explica el autor de Filosofía. Guía ilustrada para comprender y usar la filosofía hoy en día (Blume).

 
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Unanimidad en el siglo XXI


Aunque su veredicto sea discutible, lo cierto es que los tres hombres llegaron a una conclusión unánime, en la cual el huevo siempre antecede a la gallina. En opinión de John Brookfield, genetista evolucionario de la Universidad de Nottingham, hay que remontarse a millones de años atrás, cuando nació el primer pollo. “Este debe haberse diferenciado de sus padres por algún cambio genético, quizá alguno muy sutil, pero que provocó que este pollo fuese el primero que encajase en nuestro criterio para ser realmente un pollo”.
El organismo dentro de la cáscara debe haber tenido el mismo ADN que la gallina en la que terminaría convirtiéndose, así que sería una gallina

O, en otras palabras, y tal como ya señalaba el filósofo, el primer pollo probablemente no nació de otro pollo, sino que evolucionó de otras razas con características levemente distintas. “Por lo tanto, el organismo vivo dentro de la cáscara del huevo debe haber tenido el mismo ADN que la gallina en la que terminaría convirtiéndose, y por lo tanto, sería en sí misma un miembro de la especie de la gallina”.

Curiosamente, ambas explicaciones –The Guardian no reproduce la del avicultor, aunque se mostró de acuerdo con sus doctos colegas– provienen de campos muy distintos como son la biología y la lingüística para llegar a una conclusión que, en realidad, no profundiza sobre las verdaderas cuestiones metafísicas que la pregunta plantea (¿puede el efecto anteceder la causa? ¿existe un primer motor inmóvil, como aseguraba Aristóteles?), sino que más bien, intenta resolverlas a través de las disciplinas que se han desarrollado los últimos siglos. Una buena muestra de la forma en que la confianza en la ciencia empírica ha sustituido la especulación metafísica como explicación del mundo

sábado, 9 de abril de 2016

LA VERDAD SOBRE EL TAMAÑO DE LOS PENES: MITOS Y REALIDADES



El tamaño no importa. Bueno, qué diablos: sí que importa, al menos para la hombría de gran cantidad de machos que siempre se ponen un puñado de centímetros más a la hora de alardear de su miembro viril, causando la consternación entre sus compañeros masculinos y, probablemente, una mezcla de indiferencia y repugnancia –quizá curiosidad– entre sus amigas.


Lo que está claro es que aún hay muchos mitos y muy pocas certezas sobre la verdad que se oculta tras el tamaño de los penes. ¿Tiene alguna relación con la altura de las personas? ¿Gozan de los hombres de raza negra de un mayor tamaño mientras que los orientales tienden al minimalismo? ¿Por qué el pene del ser humano es tan inútilmente grande, como afirman algunos estudios? El doctor Robert Martin ha intentado responder a algunas de estas preguntas en su libro How We Do It: the Evolution and Future of Human Reproduction (Basic Books) y en una serie de artículos publicados en Psychology Today.

El hombre tiene un pene tan grande porque la mujer ha cambiado la forma de su pelvis y vagina



El hombre es el animal con el pene más largo


Quizá no muchos hayan oído hablar de ello, pero afirmar que el pene de los hombres tiene un tamaño desproporcionado es una constante en círculos científicos, al menos desde que Desmond Morris afirmó en El mono desnudo (DeBolsillo) que, junto al gorila, éramos el mamífero con un miembro viril de mayor tamaño. Jared Diamond se preguntaba en ¿Por qué es divertido el sexo? La evolución de la sexualidad humana (DeBolsillo) por qué era tan “innecesariamente largo”. Es decir, se tiró el folio científicamente hablando.
No se trata más que de una hipérbole, desvela Martin. En realidad, como señalaron las investigaciones del biólogo reproductivo Alan Dixson, nuestros amigos los bonobos nos superan con una media de 6,8 pulgadas (algo más de 17 centímetros), frente a los 16,7 centímetros nuestros. Podemos estar contentos: superamos a los orangutanes (8,6 cm), los gorilas (6,6 cm) y los chimpancés (14,7). Sin embargo, otros investigadores como Kunjappan Promodu, reducen la cifra humana a las 5,7 pulgadas (14,4 cm).



¿Para qué sirve un pene tan largo?

 
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Si el hombre, uno de los animales más evolucionados, tiene un tamaño de pene “desproporcionado”, como diría Diamond, es porque probablemente hay una buena razón para ello. Desde el año 1995 comenzó a tomar forma la hipótesis del pene succionador, pergeñada por Robin Baker en colaboración con Mark Bellis en el superventas Sperm Wars (Las guerras del esperma), y que señalaba que este tamaño desproporcionado tenía como objetivo eliminar el semen que otros machos rivales habían depositado en la vagina de la hembra. Se trataría, pues, de una expresión más de la guerra entre hombres por fecundar al mayor número de mujeres posibles, pero Martin no está muy de acuerdo con ello, ya que sus investigaciones señalan que la evolución biológica del hombre le ha llevado a deshacerse de todos sus rasgos competitivos para centrarse en aquellos pensados para una relación monógama.

Para el autor, la teoría más realista es la que expuso Edwin Broman en un artículo publicado en 2008 en Archives of Sexual Behavior: el causante del tamaño del pene no es el hombre, sino la mujer, y en concreto, la evolución de su pelvis y vagina que, al ensancharse, también ampliaron el canal vaginal. El pene, simplemente, se habría adaptado para encajar ahí.



En África son más grandes


Las investigaciones del indio Promodu ponen de manifiesto que quizá estábamos un poco desencaminados en nuestra consideración del tamaño genital de otras razas. Según concluyen, los africanos no tienen un pene sensiblemente grande, aunque sí es verdad que los hombres orientales disponen de herramientas de menor tamaño, seguramente asociada a la menor estatura de los mismos.


El tamaño del pie no tiene nada que ver con el del pene


Una de esas leyendas urbanas que todos hemos oído durante la adolescencia, hasta que una investigación publicada en el año 2002 en BJU International demostró que no había ninguna correlación entre el número del zapato y la longitud del pene. El mismo estudio señalaba que la media del tamaño británico era de unos 13 centímetros genitales y un 43 de pie.


La estatura sí que importa


La mayor parte de biólogos defienden la teoría de que el tamaño corporal está relacionado con el tamaño de los genitales. Al fin y al cabo, todas las extremidades crecen en función del resto del cuerpo, ¿por qué no habría de hacerlo el pene? Así lo demuestra una investigación realizada en 1989 por H. Loeb, otra realizada en 2001 por R. Ponchietti –que añadió que el peso no influía– y otra publicada en 2002 por Spyropoulos, que encontró una polémica relación entre el tamaño de los dedos y el pene.


La ciencia no se pone de acuerdo porque cada investigación mide el pene de una forma distinta


¿Tienen todos ellos razón? La clave se encuentra en la forma de medir los genitales. A veces, estos se contabilizan cuando están flácidos; a veces, cuando están erectos. Otras veces, se realiza una media. En ocasiones, simplemente se alarga la piel del pene flácido para que dé lugar a un tamaño semejante a la erección, lo que facilita el trabajo de los investigadores (y lo hace un poco menos violento). Esta diferencia explica por qué algunas mediciones resultan tan distintas.



Dime cuánto miden tus dedos y te diré cuánto te mide


Suena también a superstición, pero una investigación realizada en Japón por Ho Choi y publicada en el Asian Journal of Andrology en 2011 puso de manifiesto que existe una relación entre el tamaño de los dedos y el del pene. Pero no, no se trata de que cuanto más largos o gordos sean, así será nuestro miembro viril, sino de que lo clave es la diferencia entre el dedo índice y el corazón, puesto que representa la acción de la testosterona durante la vida prenatal… Pero esta diferencia sólo aparecía cuando el pene había sido alargado, no en estado flácido.



El tamaño del pene flácido y el pene en erección no está asociado


De entre todas las revelaciones que la ciencia ha realizado sobre nuestros miembros viriles, quizá la más sorprendente de todas es la que señala que el tamaño del pene flácido y el pene en erección no tiene ninguna relación. O al menos eso han señalado dos investigaciones realizadas en 1996 por Hunter Wessels y publicadas en Journals of Urology y unos años después por Robert Ponchietti. La conclusión de ambos es que, aunque la erección hace aumentar el tamaño del miembro viril en dos tercios de su tamaño, el tamaño del pene relajado no permite averiguar cuál será la medida en erección.

4 TRUCOS PARA SER MÁS ATRACTIVO Y LIGAR, SEGÚN LA CIENCIA



Desde que entramos en la pubertad, probablemente por las presiones sociales de la vida de instituto, empezamos a obsesionarnos con la idea de tener éxito y ser populares.  

Descubrir cómo ser una persona atractiva o cómo gustarles a los demás es una de las grandes metas de nuestra vida. Llegados a este punto querrás saber cómo conseguirlo. Por eso la ciencia lleva tiempo tratando de darnos una explicación.

Tener un estilo propio, estar en forma, ser extrovertidos… No sólo basta con esto. Como explica Larry Getlen en New York Post, numerosos estudios científicos han investigado por qué amamos o de donde provienen las sensaciones de lujuria. Se remite al libro Real Science of Sex Appeal (Sourcebooks) para enumerar cuatro de los factores que según la ciencia nos hacen deseables y atractivos. 



1. Los olores que nos excitan y desinhiben


La ciencia ha descubierto que determinados olores pueden resultarnos o no atractivos porque aumentan el flujo de sangre en nuestros genitales. ¿De qué hedores hablan? ¿Permufes de alta gama? ¿Se trata de feromonas? Nada que ver.


En el caso de los hombres, parece que el olor a pastel de calabaza incrementa ese flujo de sangre en un 40% seguido del olor a palomitas de maíz en un 9% y el de pizza de queso en un 5%. Por su parte, a las mujeres el olor a regaliz de caramelo combinado con aroma de pepino, “es el que genera un mayor incremento del flujo de sangre a la vagina”, explican los expertos en el mencionado libro.
Fue el científico experto en neurología Alan R. Hirsch quien realizó un estudio para analizar cómo diferentes olores estimulan la excitación sexual y descubrió los que provienen de experiencias placenteras como los dulces o la comida rápida –adictiva y deliciosa para muchos– eran algunos de los que mayores reacciones provocaban en los pacientes: “El olor a regaliz negro aumenta el flujo de sangre en el pene en un 13%, pero este porcentaje se eleva al 32% cuando se combina con el olor de donuts”.

“Esto no quiere decir que asociemos estos olores con el sexo”, puntualiza Getlen. En realidad la teoría de Hirsch trata de explicar que los olores funcionan un poco como el alcohol: “Tal vez los olores actúan reduciendo la ansiedad y eliminando las inhibiciones”.



2. Cuida tu ritmo cardíaco: puede provocar flechazos


“No es ninguna sorpresa que al tener un flechazo puede aumentar nuestro ritmo cardíaco”, explica Getlen, pero según una investigación llevada a cabo por un gimnasio local, en realidad la relación funciona a la inversa. Es el ritmo de nuestro corazón lo que hace que nos atraiga una persona. 

Según dicho estudio, cuando aumenta nuestra frecuencia cardíaca –por ejemplo haciendo deporte– podemos percibir sentimientos de atracción hacia una persona que se encuentre cerca: “Si con la frecuencia cardíaca alta nos ponen delante a un apuesto extraño, puede encenderse artificialmente un sentimiento de cariño”, explican los autores.   

Esto se debe a una sustancia química que hay en el cerebro llamada noradrenalina, que se libera cuando sentimos interés sentimental por alguien de forma similar a como hace la adrenalina estimulando nuestros procesos de toma de decisiones “que podría incitarnos a querer conversar con una persona que tengamos cerca”, comentan en el libro. 




3. Encuéntrate a ti mismo


Por mucho que se diga que los opuestos se atraen, probablemente ya hayas descubierto que esto no funciona así. “Los científicos dicen que somos mucho más propensos a tener un apareamiento selectivo con las personas que son similares a nosotros”, explican en el libro.


Es más, según demostró un estudio, no sólo nos atraen las formas de ser similares a las nuestras, el aspecto externo influye tanto que tendemos a elegir a las personas que tienen el mismo peso que nosotros.

Los investigadores se sorprendieron al descubrir que se escogían a ellos y ni siquiera se reconocían en las imágenes

“La profundidad de nuestro deseo por encontrar una pareja similar a nosotros alcanza extremos sorprendentes”, destaca Getlen. Según un estudio en el que se les expusieron a diferentes personas una serie de fotografías retocadas digitalmente –entre las que se encontraban las de su propia cara invertida– para que escogiesen qué rostros del sexo opuesto les atraían más, los investigadores se sorprendieron al descubrir que se escogían a ellos y ni siquiera se reconocían en las imágenes.  



4. Y si todo lo demás falla, ponte canciones tristes


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Getlen termina su enumeración con este punto irónico en el que plantea que “cuando nos entra la angustia, muchos de nosotros elegimos revolcarnos en canciones tristes que nos recuerden nuestros amores perdidos”. 

Si, autoflagelación y melancolía gratuita, pero la ciencia avala que es el camino correcto a seguir. Una investigación en la que se expuso a diferentes personas a la visualización de imágenes de relaciones sentimentales pasadas a través de una resonancia magnética, encontró que “el cerebro procesa la ocurrencia del mismo modo como haría al retirar la cocaína a un adicto”.


Así, escuchar música durante una ruptura puede ayudar a mitigar el dolor: “Las notas melodiosas sirven como bálsamo auditivo porque estimulan el sistema límbico del cerebro que regula las sensaciones placenteras”, plantean en el libro.

“Esa red de neuronas libera dopamina del placer que provocó en respuesta a una persona que escucha sus melodías favoritas", escriben. Así, la ciencia demuestra que lo que puede parecer casi una autotortura, “escuchar canciones de amor en repetición, puede saciar un poco las vías cerebrales anteriormente estimuladas por una ex pareja” y calmar la angustia.

lunes, 4 de abril de 2016

8 LIBROS QUE TODA PERSONA QUE SE CREA INTELIGENTE DEBERÍA LEER



“¿Qué libros deberían leerse todas las personas inteligentes del planeta?”.
Hay libros que nos entretienen, libros que nos consuelan y libros que nos emocionan. La mayoría, además, nos enseña algo, pero son pocos los libros que marcan un antes y un después en nuestro desarrollo intelectual, y esos quedan grabados a fuego en nuestra cabezas.

Todo lector puede nombrar enseguida un puñado de libros que cambiaron para siempre su forma de ver el mundo, pero sólo unos pocos volúmenes tienen el honor de haber marcado a gran parte de la humanidad.


“¿Qué libros deberían leerse todas las personas inteligentes del planeta?”. Es la pregunta que un usuario de Ask Reddit preguntó en el conocido foro y que fue contestada, nada más y nada menos, que por Neil deGrasse Tyson, astrofísico, escritor y uno de los divulgadores científicos más reputados de Estados Unidos.


Para deGrasse, que es considerado por muchos como el más digno seguidor de Carl Sagan, hay ocho libros que se deben leer para entender la mayoría de las cosas que han impulsado la historia del mundo occidental. La lista es, claro está, subjetiva y anglocéntrica –y la ausencia de Marx será imperdonable para muchos–, pero es cierto que estos ocho libros son imprescindibles para entender el mundo que nos rodea (para lo bueno y para lo malo). Y, además, todos están libres de derechos y sus respectivas versiones electrónicas son gratuitas.



1. La Biblia (900 a. C. - 100 d. C)


No podía faltar en la lista el libro más vendido y más traducido de todos los tiempos, cuya lectura es imprescindible, según deGrasse, “para aprender que es más fácil que otros te digan qué pensar y qué creer que pensar por uno mismo”.


2. El sistema del mundo, de Isaac Newton (1687)


El tercer libro de los Principia de Newton, que lleva por título De mundi systemate (“El sistema del mundo”) expone las consecuencias del principio de gravitación universal, sobre todo en lo que respecta a la astronomía. Para deGrasse su lectura es fundamental “para entender que el universo es un lugar que podemos conocer”.




3. El origen de las especies, de Charles Darwin (1859)


El origen de las especies de Darwin es quizás el libro de divulgación científica más importante de la historia. El naturalista inglés sabía muy bien el impacto que podía tener su teoría de la evolución, en la medida en que cuestionaba todas las convicciones religiosas, y es por ello por lo que decidió escribir un libro en el que explicara sus hallazgos al gran público. Para deGrasse, su lectura es obligatoria “para conocer nuestro parentesco con el resto de formas de vida de la Tierra”.



4. Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift (1726)


Aunque con frecuencia se considera un libro infantil, Los viajes de Gulliver es en realidad una de las primeras novelas satíricas de la historia, que ataca con ferocidad la sociedad de su tiempo, así como las miserias universales de la condición humana. Swift trabajaba como secretario del famoso político inglés sir William Temple, lo que le permitió conocer de cerca los entresijos de las altas instituciones del Estado. Para deGrasse su lectura nos ayuda “a aprender, entre otras lecciones satíricas, que la mayor parte del tiempo los humanos somos unos patanes”.



5. La edad de la razón, de Thomas Paine (1794)


El revolucionario estadounidense Thomas Paine fue uno de los padres de la primera democracia constitucional del mundo y uno de los primeros intelectuales que crítico la religión institucionalizada y la infalibilidad bíblica. La edad de la razón es, quizás, el más importante texto deísta, esto es, la postura filosófica que acepta el conocimiento de la existencia y la naturaleza de Dios a través de la razón y la experiencia personal. Para deGrasse su lectura es imprescindible para “aprender cómo el poder del pensamiento racional es la fuente primaria de libertad en el mundo”.




6. La riqueza de las naciones, de Adam Smith (1776)


Es difícil comprender el mundo en el que vivimos sin leer el libro fundacional del capitalismo y, por tanto, la obra que sentó las bases del sistema económico en el que casi todos vivimos, queramos o no. Para deGrasse su lectura es obligatoria “para aprender que el capitalismo es una economía de la codicia, una fuerza natural en sí misma”.



7. El arte de la guerra, de Sun Tzu (IV a. C.)


El libro más antiguo del listado es, además, el único escrito en el lejano Oriente. El conocido volumen versa sobre tácticas y estrategias militares, y ha sido tradicionalmente lectura obligada en las academias del ejército, pero de un tiempo a esta parte se considera un manual muy útil para resolver conflictos e implementar tácticas en el ámbito empresarial. Para deGrasse su lectura es obligada “para aprender que el acto de matar a otros seres humanos puede ser elevado a un arte”.



8. El príncipe, de Maquiavelo (1513)


Nicolás Maquiavelo escribió su famoso tratado de teoría política mientras cumplía condena en prisión por haber conspirado en contra de los Médici. Su objetivo era mostrar cómo los príncipes deben gobernar sus países para conservar exitosamente su poder (sin importar que su gobierno sea justo y moralmente aceptable). Para deGrasse toda persona inteligente debe leer este libro “para aprender que la gente que no tiene el poder hará todo lo posible por adquirirlo y la gente que lo tiene hará todo lo posible por mantenerlo”.

sábado, 2 de abril de 2016

LA FANTASÍA DE LA FOTOCOPIADORA SIGUE VIGENTE



Si los hombres y mujeres infieles condimentan su rutina con intercambios sensuales con su amante, no es de extrañar que también sus noches estén llenas de erotismo ¿Con qué sueñan los infieles? ¿Qué fantasías nocturnas son más recurrentes? 



Una investigación realizada por Gleeden.com, la web de encuentros extraconyugales pensada por mujeres, desvela cuáles son los sueños eróticos más comunes entre los infieles.

Tener una aventura con una persona desconocida es el sueño erótico más recurrente entre los miembros masculinos y femeninos interrogados (1.024 mujeres y 997 hombres miembros de la plataforma), con el 68% y el 61% respectivamente. ¿Qué hay de más turbador y excitante que sucumbir a los encantos de una persona que sabemos que solamente está de paso en nuestra vida? En todo caso, es lo que enciende las noches de la mayoría de los infieles.



El 26% de los infieles confiesan haber tenido una aventura en el trabajo.


Para los miembros femeninos de Gleeden.com, en segundo lugar encontramos el sueño de tener una experiencia extramarital con otra mujer. Estas sensaciones fuertes y descubiertas sensuales son la fantasía del 62% de las encuestadas. De hecho, un estudio reciente realizado por Gleeden.com entre sus miembros desvelaba que el deseo de tener una aventura lésbica está en constante aumento. En cuanto a los hombres, solamente el 21% declara haber tenido un sueño erótico que incluya a otro hombre.



La aventura con un compañero del trabajo: una alta dosis de erotismo


La fantasía de la fotocopiadora no ha perdido interés, al menos entre las mentes más traviesas de los infieles. El 54% de los hombres y el 59% de las mujeres declaran haber soñado con darse un revolcón con un compañero o compañera del trabajo. ¿Será que solemos pasar más tiempo en la oficina que en casa? De hecho, el 26% de los infieles confiesan haber tenido una aventura en el trabajo... Del sueño a la realidad, ¡solo hay un paso!

Los lugares insólitos (como el amor en tren o en un avión) llegan en cuarto lugar del top 5 de los sueños eróticos. Las mujeres encuestadas parecen más aventureras que los hombres, al menos en sus sueños: el 47% de las féminas declara haber soñado con un lugar original, contra el 38% de los hombres.


El sueño erótico sinónimo de un momento de pasión con una persona famosa llega en quinto lugar en esta clasificación. Sorprendentemente, solo el 32% de las mujeres y el 24% de los hombres interrogados declaran haber soñado con una aventura con una celebridad.

FANTASÍAS SEXUALES REPRIMIDAS Y DESCONOCIDAS DE LAS MUJERES



Muchas mujeres creen que conocen qué les excita a la hora de practicar sexo. Sus fantasías sexuales giran en torno a determinadas imágenes o situaciones con las que creen que se sentirían excitadas. Y decimos “creen” porque un nuevo invento ha revelado que lo que realmente desean se aleja de los sueños declarados y aceptados.


Se trata de una sonda vaginal que mide la excitación sexual por el flujo de sangre a través de la cual han encontrado que existen fantasías contradictorias entre lo que dice la sonda y lo que ellas aseguran que les excita. 



El experimento, llevado a cabo por investigadores del Instituto Kinsey para la Investigación en Sexo, Género y Reproducción de la Universidad de Indiana, contó con la colaboración de la periodista Melanie Berliet quien se sometió a la prueba.
Existen fantasías sexuales reprimidas por las féminas que ni ellas mismas son conscientes de tener, pese a que ella había reconocido que le excitaba la idea de hacer un trío, la sonda destapó que en realidad esa fantasía declarada era mentira. Por el contrario, su deseo aumentó con situaciones relacionadas con fetichismo con los pies e incluso imágenes de la película El silencio de los corderos.
Como explica Annabel Fenwick Elliot en el Daily Mail, esta investigación demuestra que existen fantasías sexuales reprimidas por las féminas que ni ellas mismas son conscientes de tener. La cuestión es si no los queremos reconocer o desconocemos tenerlos.  



¿Conocemos realmente nuestras fantasías sexuales?


Pese a que muchas mujeres se declaren a sí mismas como no reprimidas y sexualmente liberadas, parece que todavía existen deseos inconscientes que no son capaces de reconocer en ellas mismas (o que, directamente, desconocen).
Lo que ocurre, según explica Erick Janssen, director de la investigación, es que “si bien muchas mujeres asumen que saben exactamente lo que les excita, su cerebro e impulsos no siempre están de acuerdo”.

Numerosos estudios sobre los deseos sexuales hablan de que las fantasías más comunes entre las mujeres giran en torno a la dominación o situaciones en las que ellas sean el principal objeto de deseo. Pero estos resultados se han medido en base a respuestas verbales, no a respuestas del cuerpo.  
Jamás se había planteado que los monos, los pies o las situaciones de esclavitud pudiesen despertar sus deseos


Gracias a esta sonda, similar a un pequeño tampón de vidrio que se coloca en la vagina para medir los impulsos sanguíneos, el equipo de científicos ha demostrado desconexión entre lo que reclama o desea la mente racional y lo que “les pide el cuerpo”.



La sonda vaginal que todo lo sabe


Antes de someter a Melanie Berliet a la visualización de diferentes vídeos con contenidos explícitamente sexuales y no eróticos (desde porno hasta vídeos de gatitos), ella contestó sin tapujos cuáles eran sus principales fantasías sexuales y aquellas situaciones que no le atraían en absoluto.


Sin embargo, los resultados de la sonda revelaron que algunas imágenes que había descartado que le pudiesen excitar en realidad aumentaron su pulso vaginal. Sexo lésbico, imágenes de esclavitud u observar a bonobos apareándose.
Esto provocó sentimientos contradictorios en ella, quien jamás se había planteado que los monos, los pies o situaciones violentas sobre esclavitud (sobre las cuales declaró a posteriori que “tal vez viniesen condicionadas por la asociación con la idea de ser dominada por un hombre”) pudiesen despertar sus deseos sexuales.

En qué consiste la excitación sexual


El doctor Janssen explica que “la excitación se compone de un equilibrio entre los dos sistemas cerebrales”. A la hora de determinar qué situaciones e imágenes aumentan nuestros deseos sexuales, el cerebro se encuentra con algo así como el enfrentamiento entre excitación vs. inhibición.

Los inhibidores sexuales son tan relevantes como los propios factores de excitación
Los tapujos sociales, la educación y otros valores más personales como la autoestima o la confianza en uno mismo, influyen en cómo entendemos y asumimos el concepto de excitación sexual.

“La gente tiende a pensar en la excitación solamente como una cuestión relacionada con lo que les excita, pero los inhibidores sexuales son tan relevantes como los propios factores de excitación”, comenta Berliet. 
Está claro que tenemos mucho que aprender sobre nuestras propias fantasías sexuales, conocer lo que nos excita nos ayudará a disfrutar mucho más del sexo y a respetarnos a nosotros mismos. 


Imagen | www.youtube.com


¿Somos sinceros con nuestros impulsos sexuales?
Tras conocer los resultados de la prueba y sorprenderse con sus fantasías inconscientes, Berliet declaró que quizás no reconocerlos pueda deberse a “sensaciones de culpa y vergüenza”. 

Aún existen múltiples presiones sociales que pueden bloquear nuestra capacidad para descifrar nuestros deseos sexuales reales. Desde luego, la sonda es todo un invento para destapar todas esas fantasías escondidas, reconocer y aceptarlas.
La investigación por ahora sólo se ha llevado a cabo con mujeres por lo que se desconoce si en el caso de los hombres los deseos sexuales pueden resultar igualmente contradictorios con los que racionalmente reconozcan. ¿Será cierta la creencia popular de que ellos hablan de sexo con más naturalidad y sinceridad que ellas? Habrá que verlo.

viernes, 1 de abril de 2016

6 SECRETOS PARA SER FELIZ POR STANFORD



Todos ansiamos ser felices, pero lo cierto es que la mayor parte de las cosas que nos gustan no dan dinero. Y sin dinero, es difícil ser feliz. Cuántas veces hemos dicho aquello de “voy a dejar el trabajo para vivir la vida” para darnos cuenta de que, como mucho, podríamos acabar haciendo el 'hippie' en un pueblo de la sierra, para volver en un par de años a la ciudad sin un duro, sin trabajo y con el rabo entre las piernas (y, por supuesto, sin haber logrado que crezca un triste nabo en tu huerto).

Por lo general, tendemos a pensar que en la vida debemos elegir entre ser felices o exitosos o, como mucho, lograr un equilibrio entre el ocio y el trabajo que no sea especialmente deprimente. Pero como explica la doctora Emma Seppälä, directora del Centro para la Investigación y la Educación de la Compasión y el Altruismo de la Universidad de Stanford, “buscar la felicidad y nuestra realización personal es lo más productivo que podemos hacer para prosperar profesionalmente”.

En su nuevo libro 'The Happiness Track: How to Apply the Science of Happiness to Accelerate Your Success' (Piatkus), la psicóloga revisa decenas de investigaciones sobre la felicidad para llegar a la conclusión de que el bienestar y el éxito no son incompatibles sino complementarios.

Muchos vivimos en una suerte de “exitismo”, tratando de cumplir un objetivo tras otro, pensando que, en algún momento, lograremos ser felices
“Algunas de las falsas teorías sobre el éxito que el libro desmantela son aquellas que aseguran que no puedes triunfar sin estrés, que no debes parar de cumplir metas, trabajando hasta la extenuación y estando constantemente concentrado”, explicaba la autora en una entrevista con CBS News. “Somos de hecho más creativos cuando no estamos concentrados, y es algo que ha comprobado la neurociencia. La gente realmente exitosa e imaginativa es aquella que tiene más tiempo que perder”.

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Hoy en día, asegura Seppälä, muchos vivimos en una suerte de “exitismo”, tratando de cumplir un objetivo tras otro, pesando que, en algún momento, lograremos ser felices. El problema es que la felicidad no es una carrera de fondo, es un estado, y no vamos a alcanzarlo por correr más y más. Lo que debemos hacer es seguir estos seis consejos:


1. Deja de pensar en el futuro

La única manera de hacer cambios efectivos en nuestras vidas reside en centrarnos en el ahora, asegura Seppälä. Una suerte de 'carpe diem' actualizado en el que lo que importa es lo que estamos viviendo en nuestro día a día y no lo que esperamos alcanzar en el futuro.

Con la intención de cumplir las metas que nos hemos impuesto, nos sometemos a una inmensa presión, siempre tenemos que estar haciendo algo, y eso hace que estemos cansados, tanto física como emocionalmente. “Si tienes siempre la mente un paso por delante de lo que estás haciendo, nunca estarás disfrutando de los éxitos logrados”, explica la profesora. Cuando estes haciendo algo, sumérgete en ello y víve el momento.


2. Deja de estresarte

 “Todo el mundo trabaja con la quinta marcha puesta, porque creemos que es la única forma de ser exitosos”, explica Seppälä. Cierto es que la ansiedad y el miedo son reacciones naturales en los seres humanos, recursos que nos ha otorgado la evolución para sobrevivir a las amenazas, pues nos permiten aumentar nuestra sensibilidad. El estrés, en definitiva, nos mantiene vivos, pero se convierte en un peligro cuando lo experimentamos de forma continua.

Si bien no podemos cambiar ciertas situaciones de nuestro trabajo o nuestra vida personal, podemos aprender a ser más resilientes, esto es, básicamente, nuestra capacidad para superar situaciones dolorosas de toda índole, saliendo fortalecidos de ellas.


3. Aprende a calmarte

No es ningún secreto: cuantas más cosas hacemos más cansados estamos. “Cuando estás constantemente saturado, puedes acabar quemándote, algo que le ocurre a la mitad de los trabajadores en América”, explica Seppälä. Aprender a calmarnos es básico para gestionar nuestra energía, y es algo que nos permitirá ser más felices.
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Los ejercicios de respiración y meditación son una estupenda manera de lograr eliminar gran parte del estrés de nuestro día a día.


4. Haz más haciendo nada

Un estudio de 2011, llegó a la conclusión de que las personas somos mejores resolviendo problemas en los momentos más inesperados: cuando estamos más relajados.

Como bien saben la mayor parte de artistas, el aburrimiento es parte indispensable del proceso creativo, pues es la fuerza que nos empuja a hacer cosas distintas. Y, es algo que resulta beneficioso para nuestro estado de ánimo. “Todos sabemos que es importante que nuestro cuerpo descanse (durmiendo), pero a menudo olvidamos que es igual de importnate que descanse nuestra mente”, explica la investigadora.


5. Sé bueno contigo mismo

En el libro, Seppälä explica que podemos dificultar nuestra búsqueda de la felicidad si somos demasiado críticos con nosotros mismos. “La investigación muestra que cuando somos demasiado autocríticos y duros con nosotros mismos dañamos nuestra resiliencia”, aseguró la doctora a 'The Huffington Post'.

Cuando nuestra autoestima descansa en nuestra habilidad para competir con la gente que nos rodea nos volvemos más inseguros y ansiosos, algo que desde luego no conduce a la felicidad ni al éxito. “Cuando estás motivado por la autocompasión, entiendes los fracasos no como un doloroso indicador de derrota, sino como una oportunidad para aprender”, asegura la profesora.


6. Sé amable y compasivo

La mayoría de nosotros creemos que para tener éxito debemos ser los “números uno”, pero Seppälä cree que ocurre justo lo contrario. La compasión hacia los demás, y el espíritu colaborativo (no competitivo) no sólo ayuda a la gente que nos rodea, además beneficia a nuestra salud, física y mental.

“Si tienes un modo más altruista de interactuar con las personas y convertirte en un lídero que conoce a sus empleados, tendrás un lugar de trabajo más positivo y productivo”, explicó Seppälä a CBS News. “El éxito viene de cuidar, interesarse y ser responsable de nuestros colegas y amigos”.

Una idea muy similar a la del profesor de Wharton Adam Grant, que asegura que la generosidad es la clave del éxito en el trabajo.