sábado, 9 de abril de 2016

LA VERDAD SOBRE EL TAMAÑO DE LOS PENES: MITOS Y REALIDADES



El tamaño no importa. Bueno, qué diablos: sí que importa, al menos para la hombría de gran cantidad de machos que siempre se ponen un puñado de centímetros más a la hora de alardear de su miembro viril, causando la consternación entre sus compañeros masculinos y, probablemente, una mezcla de indiferencia y repugnancia –quizá curiosidad– entre sus amigas.


Lo que está claro es que aún hay muchos mitos y muy pocas certezas sobre la verdad que se oculta tras el tamaño de los penes. ¿Tiene alguna relación con la altura de las personas? ¿Gozan de los hombres de raza negra de un mayor tamaño mientras que los orientales tienden al minimalismo? ¿Por qué el pene del ser humano es tan inútilmente grande, como afirman algunos estudios? El doctor Robert Martin ha intentado responder a algunas de estas preguntas en su libro How We Do It: the Evolution and Future of Human Reproduction (Basic Books) y en una serie de artículos publicados en Psychology Today.

El hombre tiene un pene tan grande porque la mujer ha cambiado la forma de su pelvis y vagina



El hombre es el animal con el pene más largo


Quizá no muchos hayan oído hablar de ello, pero afirmar que el pene de los hombres tiene un tamaño desproporcionado es una constante en círculos científicos, al menos desde que Desmond Morris afirmó en El mono desnudo (DeBolsillo) que, junto al gorila, éramos el mamífero con un miembro viril de mayor tamaño. Jared Diamond se preguntaba en ¿Por qué es divertido el sexo? La evolución de la sexualidad humana (DeBolsillo) por qué era tan “innecesariamente largo”. Es decir, se tiró el folio científicamente hablando.
No se trata más que de una hipérbole, desvela Martin. En realidad, como señalaron las investigaciones del biólogo reproductivo Alan Dixson, nuestros amigos los bonobos nos superan con una media de 6,8 pulgadas (algo más de 17 centímetros), frente a los 16,7 centímetros nuestros. Podemos estar contentos: superamos a los orangutanes (8,6 cm), los gorilas (6,6 cm) y los chimpancés (14,7). Sin embargo, otros investigadores como Kunjappan Promodu, reducen la cifra humana a las 5,7 pulgadas (14,4 cm).



¿Para qué sirve un pene tan largo?

 
Imagen | gayocio.com

Si el hombre, uno de los animales más evolucionados, tiene un tamaño de pene “desproporcionado”, como diría Diamond, es porque probablemente hay una buena razón para ello. Desde el año 1995 comenzó a tomar forma la hipótesis del pene succionador, pergeñada por Robin Baker en colaboración con Mark Bellis en el superventas Sperm Wars (Las guerras del esperma), y que señalaba que este tamaño desproporcionado tenía como objetivo eliminar el semen que otros machos rivales habían depositado en la vagina de la hembra. Se trataría, pues, de una expresión más de la guerra entre hombres por fecundar al mayor número de mujeres posibles, pero Martin no está muy de acuerdo con ello, ya que sus investigaciones señalan que la evolución biológica del hombre le ha llevado a deshacerse de todos sus rasgos competitivos para centrarse en aquellos pensados para una relación monógama.

Para el autor, la teoría más realista es la que expuso Edwin Broman en un artículo publicado en 2008 en Archives of Sexual Behavior: el causante del tamaño del pene no es el hombre, sino la mujer, y en concreto, la evolución de su pelvis y vagina que, al ensancharse, también ampliaron el canal vaginal. El pene, simplemente, se habría adaptado para encajar ahí.



En África son más grandes


Las investigaciones del indio Promodu ponen de manifiesto que quizá estábamos un poco desencaminados en nuestra consideración del tamaño genital de otras razas. Según concluyen, los africanos no tienen un pene sensiblemente grande, aunque sí es verdad que los hombres orientales disponen de herramientas de menor tamaño, seguramente asociada a la menor estatura de los mismos.


El tamaño del pie no tiene nada que ver con el del pene


Una de esas leyendas urbanas que todos hemos oído durante la adolescencia, hasta que una investigación publicada en el año 2002 en BJU International demostró que no había ninguna correlación entre el número del zapato y la longitud del pene. El mismo estudio señalaba que la media del tamaño británico era de unos 13 centímetros genitales y un 43 de pie.


La estatura sí que importa


La mayor parte de biólogos defienden la teoría de que el tamaño corporal está relacionado con el tamaño de los genitales. Al fin y al cabo, todas las extremidades crecen en función del resto del cuerpo, ¿por qué no habría de hacerlo el pene? Así lo demuestra una investigación realizada en 1989 por H. Loeb, otra realizada en 2001 por R. Ponchietti –que añadió que el peso no influía– y otra publicada en 2002 por Spyropoulos, que encontró una polémica relación entre el tamaño de los dedos y el pene.


La ciencia no se pone de acuerdo porque cada investigación mide el pene de una forma distinta


¿Tienen todos ellos razón? La clave se encuentra en la forma de medir los genitales. A veces, estos se contabilizan cuando están flácidos; a veces, cuando están erectos. Otras veces, se realiza una media. En ocasiones, simplemente se alarga la piel del pene flácido para que dé lugar a un tamaño semejante a la erección, lo que facilita el trabajo de los investigadores (y lo hace un poco menos violento). Esta diferencia explica por qué algunas mediciones resultan tan distintas.



Dime cuánto miden tus dedos y te diré cuánto te mide


Suena también a superstición, pero una investigación realizada en Japón por Ho Choi y publicada en el Asian Journal of Andrology en 2011 puso de manifiesto que existe una relación entre el tamaño de los dedos y el del pene. Pero no, no se trata de que cuanto más largos o gordos sean, así será nuestro miembro viril, sino de que lo clave es la diferencia entre el dedo índice y el corazón, puesto que representa la acción de la testosterona durante la vida prenatal… Pero esta diferencia sólo aparecía cuando el pene había sido alargado, no en estado flácido.



El tamaño del pene flácido y el pene en erección no está asociado


De entre todas las revelaciones que la ciencia ha realizado sobre nuestros miembros viriles, quizá la más sorprendente de todas es la que señala que el tamaño del pene flácido y el pene en erección no tiene ninguna relación. O al menos eso han señalado dos investigaciones realizadas en 1996 por Hunter Wessels y publicadas en Journals of Urology y unos años después por Robert Ponchietti. La conclusión de ambos es que, aunque la erección hace aumentar el tamaño del miembro viril en dos tercios de su tamaño, el tamaño del pene relajado no permite averiguar cuál será la medida en erección.

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