El
tamaño no importa. Bueno, qué diablos: sí que importa, al menos para la hombría
de gran cantidad de machos que siempre se ponen un puñado de centímetros más a
la hora de alardear de su miembro viril, causando la consternación entre sus
compañeros masculinos y, probablemente, una mezcla de indiferencia y
repugnancia –quizá curiosidad– entre sus amigas.
Lo
que está claro es que aún hay muchos mitos y muy pocas certezas sobre la verdad
que se oculta tras el tamaño de los penes. ¿Tiene alguna relación con la altura
de las personas? ¿Gozan de los hombres de raza negra de un mayor tamaño
mientras que los orientales tienden al minimalismo? ¿Por qué el pene del ser
humano es tan inútilmente grande, como afirman algunos estudios? El doctor
Robert Martin ha intentado responder a algunas de estas preguntas en su libro
How We Do It: the Evolution and Future of Human Reproduction (Basic Books) y en
una serie de artículos publicados en Psychology Today.
El
hombre tiene un pene tan grande porque la mujer ha cambiado la forma de su
pelvis y vagina
El hombre es el
animal con el pene más largo
Quizá
no muchos hayan oído hablar de ello, pero afirmar que el pene de los hombres
tiene un tamaño desproporcionado es una constante en círculos científicos, al
menos desde que Desmond Morris afirmó en El mono desnudo (DeBolsillo) que,
junto al gorila, éramos el mamífero con un miembro viril de mayor tamaño. Jared
Diamond se preguntaba en ¿Por qué es divertido el sexo? La evolución de la
sexualidad humana (DeBolsillo) por qué era tan “innecesariamente largo”. Es
decir, se tiró el folio científicamente hablando.
No
se trata más que de una hipérbole, desvela Martin. En realidad, como señalaron
las investigaciones del biólogo reproductivo Alan Dixson, nuestros amigos los
bonobos nos superan con una media de 6,8 pulgadas (algo más de 17 centímetros),
frente a los 16,7 centímetros nuestros. Podemos estar contentos: superamos a
los orangutanes (8,6 cm), los gorilas (6,6 cm) y los chimpancés (14,7). Sin
embargo, otros investigadores como Kunjappan Promodu, reducen la cifra humana a
las 5,7 pulgadas (14,4 cm).
¿Para qué sirve
un pene tan largo?
Si
el hombre, uno de los animales más evolucionados, tiene un tamaño de pene
“desproporcionado”, como diría Diamond, es porque probablemente hay una buena
razón para ello. Desde el año 1995 comenzó a tomar forma la hipótesis del pene
succionador, pergeñada por Robin Baker en colaboración con Mark Bellis en el
superventas Sperm Wars (Las guerras del esperma), y que señalaba que este
tamaño desproporcionado tenía como objetivo eliminar el semen que otros machos
rivales habían depositado en la vagina de la hembra. Se trataría, pues, de una
expresión más de la guerra entre hombres por fecundar al mayor número de
mujeres posibles, pero Martin no está muy de acuerdo con ello, ya que sus
investigaciones señalan que la evolución biológica del hombre le ha llevado a
deshacerse de todos sus rasgos competitivos para centrarse en aquellos pensados
para una relación monógama.
Para
el autor, la teoría más realista es la que expuso Edwin Broman en un artículo
publicado en 2008 en Archives of Sexual Behavior: el causante del tamaño del
pene no es el hombre, sino la mujer, y en concreto, la evolución de su pelvis y
vagina que, al ensancharse, también ampliaron el canal vaginal. El pene,
simplemente, se habría adaptado para encajar ahí.
En África son
más grandes
Las
investigaciones del indio Promodu ponen de manifiesto que quizá estábamos un
poco desencaminados en nuestra consideración del tamaño genital de otras razas.
Según concluyen, los africanos no tienen un pene sensiblemente grande, aunque
sí es verdad que los hombres orientales disponen de herramientas de menor
tamaño, seguramente asociada a la menor estatura de los mismos.
El tamaño del
pie no tiene nada que ver con el del pene
Una
de esas leyendas urbanas que todos hemos oído durante la adolescencia, hasta
que una investigación publicada en el año 2002 en BJU International demostró
que no había ninguna correlación entre el número del zapato y la longitud del
pene. El mismo estudio señalaba que la media del tamaño británico era de unos
13 centímetros genitales y un 43 de pie.
La estatura sí
que importa
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La
mayor parte de biólogos defienden la teoría de que el tamaño corporal está
relacionado con el tamaño de los genitales. Al fin y al cabo, todas las
extremidades crecen en función del resto del cuerpo, ¿por qué no habría de
hacerlo el pene? Así lo demuestra una investigación realizada en 1989 por H.
Loeb, otra realizada en 2001 por R. Ponchietti –que añadió que el peso no
influía– y otra publicada en 2002 por Spyropoulos, que encontró una polémica
relación entre el tamaño de los dedos y el pene.
La ciencia no
se pone de acuerdo porque cada investigación mide el pene de una forma distinta
¿Tienen
todos ellos razón? La clave se encuentra en la forma de medir los genitales. A
veces, estos se contabilizan cuando están flácidos; a veces, cuando están
erectos. Otras veces, se realiza una media. En ocasiones, simplemente se alarga
la piel del pene flácido para que dé lugar a un tamaño semejante a la erección,
lo que facilita el trabajo de los investigadores (y lo hace un poco menos
violento). Esta diferencia explica por qué algunas mediciones resultan tan
distintas.
Dime cuánto
miden tus dedos y te diré cuánto te mide
Suena
también a superstición, pero una investigación realizada en Japón por Ho Choi y
publicada en el Asian Journal of Andrology en 2011 puso de manifiesto que
existe una relación entre el tamaño de los dedos y el del pene. Pero no, no se
trata de que cuanto más largos o gordos sean, así será nuestro miembro viril,
sino de que lo clave es la diferencia entre el dedo índice y el corazón, puesto
que representa la acción de la testosterona durante la vida prenatal… Pero esta
diferencia sólo aparecía cuando el pene había sido alargado, no en estado
flácido.
El tamaño del
pene flácido y el pene en erección no está asociado
De
entre todas las revelaciones que la ciencia ha realizado sobre nuestros
miembros viriles, quizá la más sorprendente de todas es la que señala que el
tamaño del pene flácido y el pene en erección no tiene ninguna relación. O al
menos eso han señalado dos investigaciones realizadas en 1996 por Hunter
Wessels y publicadas en Journals of Urology y unos años después por Robert
Ponchietti. La conclusión de ambos es que, aunque la erección hace aumentar el
tamaño del miembro viril en dos tercios de su tamaño, el tamaño del pene
relajado no permite averiguar cuál será la medida en erección.
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